Desde el primer instante, este perfume se abre con una mezcla fresca y ligeramente picante, donde destacan las notas de almizcle blanco, bergamota y nuez moscada. La bergamota le da un inicio cítrico y chispeante, mientras que la nuez moscada aporta un toque especiado, sutil pero embriagador. El almizcle blanco suaviza esta salida, dándole una sensación de limpieza y pureza muy característica.
A medida que evoluciona, Ana Abiyedh revela su corazón suave y armonioso con acordes de vainilla, cardamomo y un toque de azafrán, ingredientes que aportan calidez, profundidad y una sensación cremosa que acaricia la piel. Estos matices crean una fragancia con cuerpo, perfecta para quienes buscan un perfume que evolucione y no se mantenga plano.
En el fondo, la fragancia se asienta en una base reconfortante de sándalo, tonka y más almizcle, logrando una estela sedosa y duradera. El sándalo refuerza el carácter cálido y envolvente del perfume, mientras que la fava tonka añade un dulzor ambarado que lo hace aún más adictivo. El almizcle, omnipresente en cada fase, le da una coherencia aromática encantadora.
Ana Abiyedh es unisex, aunque muchas personas lo encuentran ligeramente inclinado hacia lo femenino debido a su dulzura y suavidad. Es ideal para el uso diario o para ocasiones especiales en las que se desea dejar una impresión sutil pero persistente. Su estela es moderada, y su duración es notablemente buena, especialmente considerando su rango de precio.
El frasco refleja la sencillez elegante del perfume: blanco, con detalles metálicos que evocan pureza y lujo discreto. Ana Abiyedh es una excelente opción para quienes disfrutan de perfumes limpios, almizclados y con un toque oriental que no resulta abrumador.
En resumen, es una fragancia versátil, accesible y con una personalidad que transmite serenidad, sensualidad y sofisticación atemporal.